Sonnet

Sacrez murs du Soleil où j'adoray Philis,
Doux sejour où mon ame estoit jadis charmee,
Qui n'est plus aujourd'huy soubs nos toits desmolis
Que le sanglant butin d'une orgueilleuse armee;

Ornemens de l'autel qui n'estes que fumee,
Grand Temple ruiné, mysteres abolis,
Effroyables objects d'une ville allumee,
Palais, hommes, chevaux, ensemble ensevelis;

Fossez larges et creux tous combles de murailles,
Spectacles de frayeur, de cris, de funerailles,
Fleuve par où le sang ne cesse de courir,

Baudelaire

Toujours un pur rayon mystérieux éclaire
En ses replis obscurs l'œuvre de Baudelaire,
Et le surnaturel, en ses rêves jeté,
Y mêle son extase et son étrangeté.
L'homme moderne, usant sa bravoure stérile
En d'absurdes combats, plus durs que ceux d'Achille,
Et, fort de sa misère et de son désespoir,
Héros pensif, caché dans son mince habit noir,
S'abreuvant à longs traits de la douleur choisie,
Savourant lentement cette amère ambroisie,
Et gardant en son cœur, lutteur déshérité,
Le culte et le regret poignant de la beauté;

Con hermana y cuñado veranea

Con hermana y cuñado veranea
en quinta señoril, sobre un ribazo,
asiento y gracia de salubre aldea
Y no pára en el rústico regazo;
y es como una paloma que aletea
por eludir o quebrantar un lazo

¡Un amor doloroso e inconfeso
que le punza la sien como una espina,
y que le sella el labio como un beso;
y que no es como un fruto que se inclina
en débil fibra, por el grave peso,
y cae a la primera ventolina!

Como helénica estatua, por la suma
corrección de la forma; tez morena;
negror y lustre de corvina pluma

Cabe un lago de múrice, como radial corona

Ágil, diestra y febrif monta y domina,
llega brusca y veloz y al viento excede;
cruza el valle, traspasa la colina,
atraviesa el raudal. ¿Pero quién puede
llegar a fuerza de premura equina
que atrás y lejos la inquietud se quede?

Cabe un lago de múrice, como radial corona,
o escudo excelso y nítido, el Sol occiduo esplende;
y por el claro piélago inflada y sesga lona
resbala, con un ósculo del astro que desciende.

El mísero casucho y la soberbia granja
ostentan igual fausto, bermejo al par que blondo;

St-Zacharie

Hier toutes les maisons avaient disparu
Il ne restait plus qu'une tuile rouge
Ce soir il ne reste plus
Qu'un beau tuyau gris et un lilas fleuri
Et peut-être que demain
La ville sera revenue

Poema con la Tonada Última

¿Que a dónde voy con esas caras tristes
y un borbotón de venas heridas en mi frente?

Voy a despedir rosas al mar,
a deshacerme en olas más altas que los pájaros,
a quitarme caminos que ya andaban en mí como raíces.

Voy a perder estrellas,
y rocíos,
y riachuelitos breves donde amé la agonía que arruinó mis montañas
y un rumor de palomas
especial,
y palabras …

Voy a quedarme sola,
sin canciones, ni piel,
como un túnel por dentro, donde el mismo silencio se enloquece y se mata.

Canción

Ya no sé cómo encubriros
lo que siempre os he callado,
pues de muy apassionado
fuerça me fuerça deziros
mis tormentos y sospiros,
mi dolor y mi cuidado.
He callado padeciendo
con tanta fe desque os vi
que por vos no sé de mí,
tales passiones sufriendo
que sin vos bivo muriendo
y sin mí que me vencí.
Y pues desseo serviros,
si merezco ser culpado
por seros aficionado,
yo no puedo más deziros,
vedlo vos en mis sospiros,
en mi dolor y cuidado.

No a náyades del río

No a náyades del rio
para hacer que me atiendas, dama, invoco;
agradárate poco,
si del agua se ayuda el numen mío;
y, si a bañarse en Baco el uso empieza,
subirásete luego a la cabeza.

En todo eres dichosa,
exempta de las leyes de Fortuna,
que no vió vez alguna
que pisases su rueda presurosa,
y si anegarte quiso su ira loca,
jamás te ha dado el agua hasta la boca.

Dichoso el que ha sabido
en tu pecho prender el dulce fuego;
que gozará del juego,
sin recelo de verse en él perdido;

Retörung

Nun bist du, Seele, wieder deinem Traum
Und deiner Sehnsucht selig hingegeben.
In holdem Feuer glühend fühlst du kaum,
Daß Schatten alle Bilder sind, die um dich leben.

Denn nächtelang war deine Kammer leer.
Nun grüßen dich, wie über Nacht die Zeichen
Des jungen Frühlings durch die Fenster her,
Die neuen Schauer, die durch deine Seele streichen.

Und weißt doch: niemals wird Erfüllung sein
Den Schwachen, die ihr Blut dem Traum verpfänden,
Und höhnend schlägt das Schicksal Krug und Wein

Laß rauschen!

Ich hort ein Sichellin rauschen,
Wohl rauschen durch das Korn,
Ich hort ein feine Magd klagen,
Sie hätt' ihr Lieb verlorn.

“La rauschen, Lieb, la rauschen!
Ich acht nit, wie es geh:
Ich hab mir ein Buhlen erworben
In Veiel und grünem Klee.”
“Hast du ein Buhlen erworben

In Veiel und grünem Klee:
So steh ich hie alleine,
Tut meinem Herzen weh!”

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