A Una Senora Natural De Rio De Janeiro, Donde A La Sazon Se Hallaba El Autor

Ya, Marfísia cruel, no me maltrata
Saber que usas conmigo de cautelas,
Que aún la espero ver, por causa dellas
Arrepentida de haber sido ingrata.

Con el tiempo, que todo desbarata,
Tus ojos dejarán de ser estrellas;

Y verás marchitar las caras bellas,
Las trenzas de oro convertirse en plata.

Y si bien sabes que esa tu hermosura
Por fuerza ha de sufrir de edad los daños,
¿ Por qué me niegas hoy esta aventura ?

Guarda para otro día los desengaños,
Gócemenos ahora, mientras dura,
Que poco la flor dura de los años.


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