Rima 43

Dejé la luz á un lado, y en el borde
De la revuelta cama me senté,
Mudo, sombrío, la pupila inmóvil
Clavada en la pared.

¿Qué tiempo estuve así? No sé: al dejarme
La embriaguez horrible del dolor,
Expiraba la luz, y en mis balcones
Reía el sol.

Ni sé tampoco en tan terribles horas
En qué pensaba ó qué pasó por mí;
Sólo recuerdo que lloré y maldije,
Y que en aquella noche envejecí.

Rima 31

Nuestra pasión fué un trágico sainete
En cuya absurda fábula
Lo cómico y lo grave confundidos
Risas y llanto arrancan.

Pero fué lo peor de aquella historia
Que al fin de la jornada,
Á ella tocaron lágrimas y risas,
Y á mí sólo las lágrimas!

Rima 75

¿Será verdad que cuando toca el sueño
Con sus dedos de rosa nuestros ojos
De la cárcel que habita huye el espíritu
En vuelo presuroso?

¿Será verdad que, huésped de las nieblas,
De la brisa nocturna al tenue soplo,
Alado sube á la región vacía
Á encontrarse con otros?

¿Y allí, desnudo de la humana forma,
Allí, los lazos terrenales rotos,
Breves horas habita de la idea
El mundo silencioso?

¿Y ríe y llora y aborrece y ama,
Y guarda un rastro del dolor y el gozo,
Semejante al que deja cuando cruza

Rima 49

Alguna vez la encuentro por el mundo
Y pasa junto á mí:
Y pasa sonriéndose, y yo digo:
¿Cómo puede reír?

Luego asomo á mi labio otra sonrisa,
Máscara del dolor,
Y entonces pienso:—¡Acaso ella se ríe
Como me río yo!

Rima 33

Es cuestión de palabras, y no obstante
Ni tú ni yo jamás,
Después de lo pasado, convendremos
En quién la culpa está.

¡Lástima que el amor un diccionario
No tenga donde hallar
Cuándo el orgullo es simplemente orgullo,
Y cuándo es dignidad!

Rima 52

Olas gigantes que os rompéis bramando
En las playas desiertas y remotas,
Envuelto entre la sábana de espumas,
¡Llevadme con vosotras!

Ráfagas de huracán, que arrebatáis
Del alto bosque las marchitas hojas,
Arrastrado en el ciego torbellino,
¡Llevadme con vosotras!

Nubes de tempestad, que rompe el rayo
Y en fuego ornáis las desprendidas orlas,
Arrebatado entre la niebla obscura,
¡Llevadme con vosotras!

Llevadme, por piedad, adonde el vértigo
Con la razón me arranque la memoria …

Rima 37

Antes que tú me moriré: escondido
En las entrañas ya
El hierro llevo con que abrió tu mano
La ancha herida mortal!

Antes que tú me moriré: y mi espíritu
En su empeño tenaz,
Sentándose á las puertas de la muerte,
Allí te esperará.

Con las horas los días, con los días
Los años volarán,
Y á aquella puerta llamarás al cabo…
¿Quién deja de llamar?

Entonces, que tu culpa y tus despojos
La tierra guardará
Lavándote en las ondas de la muerte
Como en otro Jordán;

Rima 9

Besa el aura que gime blandamente
Las leves ondas que jugando riza;
El sol besa á la nube en occidente
Y de púrpura y oro la matiza;
La llama en derredor del tronco ardiente
Por besar á otra llama se desliza,
Y hasta el sáuce, inclinándose á su peso,
Al río, que le besa, vuelve un beso.

Rima 10

Los invisibles átomos del aire
En derredor palpitan y se inflaman;
El cielo se deshace en rayos de oro;
La tierra se estremece alborozada;
Oigo flotando en olas de armonía
Rumor de besos y batir de alas;
Mis párpados se cierran… ¿Qué sucede?
—¡Es el amor que pasa!

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